14/1/13

José Onís Estévez

La experiencia en la moda es difícil (…) y centrándose en uno mismo, hay mucho trabajo. Mucho. Y quien no lo vive, no sabe lo que significa”.
 
 
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José Onís tiene veintisiete años y es diseñador. Actualmente trabaja como dependiente en Victorio & Lucchino. Sacó su primera colección de ropa en 2010, en 2012 una nueva colección de ropa y el pasado verano una colección de bolsos, “Easybags”, adecuados a la actual coyuntura económica por sus precios. También es ilustrador y ha participado en el ámbito de la decoración. Sin que la crisis le supere, hay luz y entusiasmo en sus ideas y ve más allá de las complicaciones.
 
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¿Dónde te formaste como diseñador?
 
En el iED (Istituto Europeo di Design), en Madrid.
 
¿Y qué opinión guardas?
 
Cuando yo empecé la carrera, formaba parte de la primera promoción de Diseño de Moda en el Palacio de Altamira. Ser el primero en experimentar una carrera es complicado, porque hasta que se descubre un buen sistema educativo, se ensaya mucho. Considero que fuimos víctimas de los ensayos. Aunque también tengo recuerdos positivos a nivel artístico y creativo. Supongo que a estas alturas ya se habrá puesto al día y será una escuela fantástica para quien pueda pagársela.
 
¿Crees que saliste suficientemente preparado y formado?
 
Nunca se está suficientemente preparado y formado, y de eso me di cuenta al salir de mi escuela. Les hice saber que a mi parecer, al plan de estudios le sobraba libre albedrío y le faltaba técnica y, sobre todo, vida real.
 
¿Cuál fue tu primera impresión del mundo de la moda?
 
Mi primera impresión del mundo de la moda fue un poco la que espera todo estudiante novato que lee revistas de moda y ve películas sobre moda. La fachada, el brillo, la frivolidad, las prisas, los colores, gente guapa y joven, fiestas, fiestas, más fiestas. Y también un poco de miedo. Llega un momento en el que piensas “¿podré con todo esto?”. Y sí, se puede.
 
¿Y tu opinión actual?
 
Mi opinión actual ha cambiado mucho. La experiencia en la moda es difícil, hay grandes amistades convertidas en humo, hay tristeza y vacío dentro de preciosos maniquíes, hay campos de minas, hay copia, y sobre todo y centrándose en uno mismo, hay mucho trabajo. Mucho. Y quien no lo vive, no sabe lo que significa.
 
¿Cuáles fueron tus primeros pasos?
 
Mis primeros primerísimos pasos tuvieron lugar a la par que estudiaba la carrera, aunque ya había hecho trabajos pequeños antes. Una colección de ropa interior masculina con ilustraciones y unos babis (prenda de niño de preescolar) con bordados de las mismas ilustraciones. Mis profesores dijeron de mi trayectoria en la escuela que mi estilo era decididamente “sexy-naif”.
 
¿Cuándo sacaste tu primera colección?
 
Colección de ropa como tal fue presentada en enero de 2012, en un desfile del Madrid a la Moda (Teatro Capital). Se llamaba “NNN” y hablaba de los primeros rayos de Sol sobre la nieve en primavera. Antes, en la primavera del 2010, ya había sacado una colección de camisetas con 6 ilustraciones diferentes, pero sólo eran camisetas.
¿En qué te basaste?
 
La colección de ropa propiamente dicha era para mujer. Las influencias fueron, como en toda obra creativa, una mezcla de emociones propias e influencias externas. Fue muy importante un viaje a Estocolmo, de donde tomé colores, texturas, sensaciones. Yo soy una persona que trabaja mucho desde su propia emoción, sacando cosas buenas y malas. La catarsis es necesaria para que la obra sea real y honesta.
 
¿Cómo la enfocaste?
 
Bueno, tuve muy claro desde el principio los colores y las texturas, los cortes de la ropa, el efecto visual que quería conseguir. Simplemente tenía que conseguir los materiales, y empezar a trabajar. Cuando tienes las cosas tan claras, nunca cuesta ponerse a trabajar. Hay que tener horarios muy rígidos y cumplir con las tareas diarias.
 
¿Cuándo te costó producirla aproximadamente?
 
Alrededor de 1500 euros.
 
¿Y cómo fue?
 
Es una colección pequeña, tiene unos diez looks, y en total son veinte prendas. Me sirvió más como aprendizaje personal que como producto a vender, puesto que no lo he puesto a la venta, aunque sí he repetido prendas como encargo a personas que me lo han pedido. Esta colección es como mi primer hijo, la quiero mucho y la guardo con cariño porque fue mi primer paso en esta industria, y no quiero olvidar lo que me costó y lo que significó para mí y mi familia.
 
¿Has sacado otras colecciones?
 
He sacado una colección de bolsos, los Easybags, este verano.
 
¿Y cómo funcionaron?
 
La verdad es que muy bien, ha sido una sorpresa porque fue mi primera inmersión en el mundo de los complementos de moda, que está lleno de personas muy válidas y con estudios especializados.
 
Además del diseño de moda, ¿otras áreas artísticas en las que destaques?
 
(Risas) Decir de mí mismo que destaco en algo es raro. Digamos que hay otras áreas artísticas en las que estoy interesado y además participo activamente, por ejemplo la ilustración, o la decoración.
 
¿Y te han ofrecido trabajos, colaboraciones o encargos?
 
Sí, me han ofrecido las tres cosas. Me gusta colaborar con otras personas a nivel creativo, porque la creatividad para mí no es sino una prolongación de mí mismo. Cuando hago ilustraciones, en esas ilustraciones estoy yo y está mi día a día y mis emociones. Cuando colaboras con otro ilustrador, o con un escritor, el resultado físico y visual es como un hijo, tiene lo mejor de ambos y lo peor de ambos.
 
Se suele afirmar que mundos como la moda o el diseño, así como las publicaciones artísticas, son abiertos pero así mismo su acceso es muy restringido. ¿Cuál es tu experiencia? ¿Qué puedes contar?
 
Yo creo que son abiertos en cuanto a recepción de ideas y creatividad e influencias, pero cerrados a, digamos, los que no pasan por ciertos aros. El mundo de la moda no es mejor ni peor que el mundo del motor o el mundo de la agricultura. En todos estos mundos hay personas que destacan por su trabajo, y hay personas que destacan por su imagen, y hay personas que destacan por sus relaciones públicas. Simplemente hay que saber qué es lo que uno quiere y qué es lo que va a hacer para conseguirlo. Para mí, el verdadero triunfo, en cualquiera de los mundos, es la coherencia.
 
¿Cómo te está afectando la coyuntura económica?
 
No voy a decir “como a todos” porque eso sería mentir. Me afecta y bastante. Aunque tengo que decir que cuando uno está en lo más oscuro, es capaz de crear la luz.
 
A pesar de todo, ¿crees que existen oportunidades para los jóvenes con talento?
 
Creo que la situación actual para el talento es mala. Se abusa del talento sin retribución, y se “mide” el talento conforme a quien te lo compra. Puedes ser un artista con un don maravilloso y una técnica de 10 pero no te vamos a pagar porque “¿cómo vamos a pagarte por un dibujo?”.
 
            ¿Y tú has tenido oportunidades para emprender ideas?
 
A pequeña escala sí. Esto es, yo me doy mis propias oportunidades. Me gasto mi dinero, consigo mi material, yo creo algo, yo lo expongo, yo lo vendo, yo como. No creo en la bondad de los desconocidos, y menos en los bancos e instituciones con becas de blah blah blah y ayudas a los jóvenes empresarios. No ayudan.
 
¿Te consideras emprendedor?
 
Me considero corredor de fondo.
 
Respecto al futuro, ¿cómo crees que será tu situación?
 
No creo nada. Mi futuro será como yo quiero que sea, dentro de los márgenes de la lógica y la experiencia. Tengo mis sueños, y también tengo los pies en la tierra. Sé que seré feliz, tengo mil millones o tenga mil euros, porque estaré haciendo algo en lo que creo y que necesito hacer, que es comunicar.
 
¿Habrá más oportunidades para poder llevar a cabo tus proyectos en moda, ilustraciones, etcétera?
 
Las hay y las habrá. Afortunadamente, las emociones son una fuente de energía eterna. Así que ya sea en un gran desfile en París o en un folio dibujado a bolígrafo, el proyecto es el mismo.
 

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