“La experiencia en la
moda es difícil (…) y centrándose en uno mismo, hay mucho trabajo. Mucho. Y
quien no lo vive, no sabe lo que significa”.
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José Onís tiene veintisiete años y es diseñador. Actualmente
trabaja como dependiente en Victorio & Lucchino. Sacó su primera colección
de ropa en 2010, en 2012 una nueva colección de ropa y el pasado verano una
colección de bolsos, “Easybags”, adecuados a la actual coyuntura económica por
sus precios. También es ilustrador y ha participado en el ámbito de la
decoración. Sin que la crisis le supere, hay luz y entusiasmo en sus ideas y ve
más allá de las complicaciones.
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¿Dónde
te formaste como diseñador?
En
el iED (Istituto Europeo di Design), en Madrid.
¿Y
qué opinión guardas?
Cuando
yo empecé la carrera, formaba parte de la primera promoción de Diseño de Moda
en el Palacio de Altamira. Ser el primero en experimentar una carrera es
complicado, porque hasta que se descubre un buen sistema educativo, se ensaya
mucho. Considero que fuimos víctimas de los ensayos. Aunque también tengo
recuerdos positivos a nivel artístico y creativo. Supongo que a estas alturas
ya se habrá puesto al día y será una escuela fantástica para quien pueda
pagársela.
¿Crees
que saliste suficientemente preparado y formado?
Nunca
se está suficientemente preparado y formado, y de eso me di cuenta al salir de
mi escuela. Les hice saber que a mi parecer, al plan de estudios le sobraba
libre albedrío y le faltaba técnica y, sobre todo, vida real.
¿Cuál
fue tu primera impresión del mundo de la moda?
Mi
primera impresión del mundo de la moda fue un poco la que espera todo
estudiante novato que lee revistas de moda y ve películas sobre moda. La
fachada, el brillo, la frivolidad, las prisas, los colores, gente guapa y
joven, fiestas, fiestas, más fiestas. Y también un poco de miedo. Llega un
momento en el que piensas “¿podré con todo esto?”. Y sí, se puede.
¿Y
tu opinión actual?
Mi
opinión actual ha cambiado mucho. La experiencia en la moda es difícil, hay
grandes amistades convertidas en humo, hay tristeza y vacío dentro de preciosos
maniquíes, hay campos de minas, hay copia, y sobre todo y centrándose en uno
mismo, hay mucho trabajo. Mucho. Y quien no lo vive, no sabe lo que significa.
¿Cuáles
fueron tus primeros pasos?
Mis
primeros primerísimos pasos tuvieron lugar a la par que estudiaba la carrera,
aunque ya había hecho trabajos pequeños antes. Una colección de ropa interior
masculina con ilustraciones y unos babis (prenda de niño de preescolar) con
bordados de las mismas ilustraciones. Mis profesores dijeron de mi trayectoria
en la escuela que mi estilo era decididamente “sexy-naif”.
¿Cuándo
sacaste tu primera colección?
Colección
de ropa como tal fue presentada en enero de 2012, en un desfile del Madrid a la Moda (Teatro Capital). Se
llamaba “NNN” y hablaba de los primeros rayos de Sol sobre la nieve en
primavera. Antes, en la primavera del 2010, ya había sacado una colección de
camisetas con 6 ilustraciones diferentes, pero sólo eran camisetas.
¿En
qué te basaste?
La
colección de ropa propiamente dicha era para mujer. Las influencias fueron,
como en toda obra creativa, una mezcla de emociones propias e influencias
externas. Fue muy importante un viaje a Estocolmo, de donde tomé colores,
texturas, sensaciones. Yo soy una persona que trabaja mucho desde su propia
emoción, sacando cosas buenas y malas. La catarsis es necesaria para que la
obra sea real y honesta.
¿Cómo
la enfocaste?
Bueno,
tuve muy claro desde el principio los colores y las texturas, los cortes de la
ropa, el efecto visual que quería conseguir. Simplemente tenía que conseguir
los materiales, y empezar a trabajar. Cuando tienes las cosas tan claras, nunca
cuesta ponerse a trabajar. Hay que tener horarios muy rígidos y cumplir con las
tareas diarias.
¿Cuándo
te costó producirla aproximadamente?
Alrededor
de 1500 euros.
¿Y
cómo fue?
Es
una colección pequeña, tiene unos diez looks, y en total son veinte prendas. Me
sirvió más como aprendizaje personal que como producto a vender, puesto que no
lo he puesto a la venta, aunque sí he repetido prendas como encargo a personas
que me lo han pedido. Esta colección es como mi primer hijo, la quiero mucho y
la guardo con cariño porque fue mi primer paso en esta industria, y no quiero
olvidar lo que me costó y lo que significó para mí y mi familia.
¿Has
sacado otras colecciones?
He
sacado una colección de bolsos, los Easybags, este verano.
¿Y
cómo funcionaron?
La
verdad es que muy bien, ha sido una sorpresa porque fue mi primera inmersión en
el mundo de los complementos de moda, que está lleno de personas muy válidas y
con estudios especializados.
Además
del diseño de moda, ¿otras áreas artísticas en las que destaques?
(Risas)
Decir de mí mismo que destaco en algo es raro. Digamos que hay otras áreas
artísticas en las que estoy interesado y además participo activamente, por
ejemplo la ilustración, o la decoración.
¿Y
te han ofrecido trabajos, colaboraciones o encargos?
Sí,
me han ofrecido las tres cosas. Me gusta colaborar con otras personas a nivel
creativo, porque la creatividad para mí no es sino una prolongación de mí
mismo. Cuando hago ilustraciones, en esas ilustraciones estoy yo y está mi día
a día y mis emociones. Cuando colaboras con otro ilustrador, o con un escritor,
el resultado físico y visual es como un hijo, tiene lo mejor de ambos y lo peor
de ambos.
Se
suele afirmar que mundos como la moda o el diseño, así como las publicaciones
artísticas, son abiertos pero así mismo su acceso es muy restringido. ¿Cuál es
tu experiencia? ¿Qué puedes contar?
Yo
creo que son abiertos en cuanto a recepción de ideas y creatividad e
influencias, pero cerrados a, digamos, los que no pasan por ciertos aros. El
mundo de la moda no es mejor ni peor que el mundo del motor o el mundo de la
agricultura. En todos estos mundos hay personas que destacan por su trabajo, y
hay personas que destacan por su imagen, y hay personas que destacan por sus
relaciones públicas. Simplemente hay que saber qué es lo que uno quiere y qué
es lo que va a hacer para conseguirlo. Para mí, el verdadero triunfo, en
cualquiera de los mundos, es la coherencia.
¿Cómo
te está afectando la coyuntura económica?
No
voy a decir “como a todos” porque eso sería mentir. Me afecta y bastante.
Aunque tengo que decir que cuando uno está en lo más oscuro, es capaz de crear
la luz.
A
pesar de todo, ¿crees que existen oportunidades para los jóvenes con talento?
Creo
que la situación actual para el talento es mala. Se abusa del talento sin
retribución, y se “mide” el talento conforme a quien te lo compra. Puedes ser
un artista con un don maravilloso y una técnica de 10 pero no te vamos a pagar
porque “¿cómo vamos a pagarte por un dibujo?”.
¿Y tú has tenido oportunidades para emprender ideas?
A
pequeña escala sí. Esto es, yo me doy mis propias oportunidades. Me gasto mi
dinero, consigo mi material, yo creo algo, yo lo expongo, yo lo vendo, yo como.
No creo en la bondad de los desconocidos, y menos en los bancos e instituciones
con becas de blah blah blah y ayudas a los jóvenes empresarios. No ayudan.
¿Te
consideras emprendedor?
Me
considero corredor de fondo.
Respecto
al futuro, ¿cómo crees que será tu situación?
No
creo nada. Mi futuro será como yo quiero que sea, dentro de los márgenes de la
lógica y la experiencia. Tengo mis sueños, y también tengo los pies en la
tierra. Sé que seré feliz, tengo mil millones o tenga mil euros, porque estaré
haciendo algo en lo que creo y que necesito hacer, que es comunicar.
¿Habrá
más oportunidades para poder llevar a cabo tus proyectos en moda,
ilustraciones, etcétera?
Las
hay y las habrá. Afortunadamente, las emociones son una fuente de energía
eterna. Así que ya sea en un gran desfile en París o en un folio dibujado a
bolígrafo, el proyecto es el mismo.
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