24/9/12
Heratini.
Espero una bienvenida cálida
pero siempre encuentro lo mismo
-o nada-
tras esa puerta
de madera
muerta.
Palabras en un dialecto
que no quiero comprender,
que golpean las paredes
y me golpean
y queman,
como si ellas no supieran que yo,
el elegido,
soy ignífugo.
Porque está mal,
siempre estará mal
y nunca estará bien.
Porque se trata de mí
y del rostro desfigurado
que asoma
tras cada puerta
de madera
muerta.
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