Preguntas
si en el poema
ha de primar
la expresividad,
si es norma o regla
escribir a una tinta.
'Ven',
te digo,
'mira mis pupilas.
¿Qué opinan ellas
que nunca hablan,
que nunca expresan
nada?
No contestarán
a tus preguntas
nunca, deja de mirarme'.
Anotas la fecha
para tacharla
y contestas:
'Un poemario a cuatro manos.
Es una locura
que me produce placer'.
Y te vas,
como Él habría querido,
aún desnuda y sin hacer.