27/9/10

Demagogia y otras artimañas.

La (dichosa) crisis nos ha hecho cambiar a todos. Observó a la gente que conozco, y veo han dejado de lucir el lema ‘’tolerancia’’ al ‘’no a los inmigrantes’’. ¿Por qué? La demagogia dirigida al vulgo siempre surtió efecto, pero, ¿está también  calando en la clase media-alta, que ha visto la llegada del inmigrante como un ‘’ladrón de ayudas sociales y empleos para los nacionales’’?
Yo soy hijo de inmigrante. Pero hay un problema en todo esto. Cuando alguien te pregunta: ‘’¿Y de dónde es tu padre? y yo contesto ‘’De Estados Unidos’’, parece que la cosa cambia. Sonríen incluso. ¿Y si fuese mexicano? Son países vecinos, y aun así, a todos nos cambia la cara dependiendo de la nación. Nunca entenderé el rechazo a lo ‘’diferente’’, ya sea persona, animal, o cosa; y más en este caso, que hablamos de seres humanos. Todos somos iguales, a pesar de que muchos se empeñen por negarlo.

Deseo que acabe está dichosa crisis y el bombardeo que sufrimos a diario de mensajes dirigidos por políticos de todo partido y por los medios de comunicación.
No, queridos políticos y medios de comunicación, no voy a apartarme del extranjero que se siente a mi lado en el metro (¡joder!).

Mañana, espero que el aire esté menos viciado de demagogia.

22/9/10

7/9/10

Qué vergüenza.

Me parece vergonzoso que vayan a dar el ''Premio Príncipe de Asturias de los Deportes'' a la Selección española de fútbol, y no a Edurne Pasaban (primera mujer del mundo en ascender a los 14 ochomiles), o a David Barrufet (que tiene un palmarés más trabajado que el de la selección).







Así va el país.

2/9/10

Cuéntame, entonces, cuales son tus miedos, tus temores, tus dudas.

Miedo, a veces me pregunto, ¿qué es el miedo? “Sensación de alerta y angustia por la presencia de un peligro o mal, sea real o imaginario”.



Pienso en todo aquello que me da miedo, y no sé porque lo pienso, si es por el simple hecho de que no tengo sueño, o porqué me apetecía pensarlo, no lo sé, solo sé que no se puede vivir con miedo, pero el miedo puede hacerte sentir vivo, más vivo de lo que te hace sentir la felicidad, o la pasión.










Tengo miedo, miedo a cerrar los ojos y a que cambie aquello que conozco, a que sucedan cosas que no sepa o pueda controlar, que estén fuera de mi alcance.






Miedo a todo aquello que sé que me supere con creces, a compromisos, a dependencias, a la muerte de personas cercanas, a desastres naturales, a sitios cerrados con mucha gente, a gente que no conozco y que camina cerca mía, a gente que me habla y no conozco, a gente que me habla y no quiero conocer, a quedarme sordo, ciego o mudo, a ser daltónico, a la paraplejia, a cerrar los ojos y no poder abrirlos, a no tener necesidad de dormir nunca, a volverme viejo y no poder moverme, a morir ahogado, quemado o asfixiado, a tener un derrame cerebral , al alzheimer, al parkinson, al cáncer, a que haya vida después de la muerte, a la oscuridad, a las sombras, a sitios abiertos con poca gente, al mar, a la profundidad del mar, al espacio, al saber lo que hay más allá del espacio, al dolor, a depositar mi confianza en alguien, a que alguien me falle, a la guerra, a la radiación extrema, a la velocidad, a ser secuestrado…






Sobre todo tengo miedo a dejar de sentir, a dejar de vivir, a dejar de sentirme vivo, vivo por momentos, por segundos, por minutos… por horas… por siempre…. por nunca.














Marcos Ortiz Andrino.

1/9/10

Pato a la naranja.

Y eso nos preguntamos todos en algún momento: ¿Qué queréis de mí?


¿Qué queréis de mi, padres?
¿Qué queréis de mi, jefe?
¿Qué queréis de mi, profesores?
¿Qué queréis de mi, pareja?
¿Qué queréis de mi, amigos?



Cambiemos la conjugación del verbo, y preguntemos a las mismas personas.

¿Qué quiero de mi, padres?
¿Qué quiero de mi, jefe?
¿Qué quiero de mi, profesores?
¿Qué quiero de mi, pareja?
¿Qué quiero de mi, amigos?



Y ahora, preguntémoslo a nosotros mismo:

¿Qué quiero de mi, yo?



Enseguida llegaran las respuestas a lo anterior.

Mi primera entrada.

Mi primera entrada en mi blog, mi primer blog. ¡Guay!, es como perder la virginidad en la red.
Veamos, hm, que comentar en la primera entrada.
¿Nada? Bueno, nada no.  Algo, mejor.

Hasta mañana.