Que quizá no se trate del derecho a la vida.
Que quizá no se trate de la actitud del afectado.
Que quizá no se trate de la funcionalidad del concepto.
Que quizá no se trate de una medicación mal recetada.
Que quizá no se trate del odio recíproco.
Que quizá no se trate de encontrar el límite.
Que quizá no se trate del límite de mi dolor.
Que quizá no se trate de la errónea concepción del yo.
Que quizá no se trate de la culpabilidad, del castigo o de la forma de penalización.
Los experimentos que habrían de ser abandonados en última instancia.
La amistad que forma parte del proceso de experimentación.
El aullido que nace de la correcta concepción del yo.
Sí sí sí, se trata de la no funcionalidad de mi cuerpo.
Sí sí sí, esa es la razón que origina
la enfermedad de la palabra.
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