Mira esos ojos grises, cómo hablan de derrotas y cuentan historias de amores muertos. O de muerte. Están ahí, solos. Bésalos. Aplástalos. Siéntelos. Siente cómo se clava el gris en tu nuca. O en tu entrepierna. Pero acércate, todo lo que puedas y quieras. Contempla la mentira o el desgarro de quien se creía enamorado.
Ahora no.
Ya no hay labios.
Ni ojos grises.
Ni si quiera una mirada que hable de muerte.
Ni una piel que tocar.
Ni si quiera soledad
No hay nada.
Ni si quiera muerte.
(Cúbreme con seda negra)
tu blog es como un fotolog pero de modernito HAHA es broma, me encanta. te echo de menos en twitter. te quiero marc <3
ResponderEliminar¿Y tú eres...?
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